LA EDUCACION CREATIVA COMO DEMANDA SOCIAL

LA EDUCACION CREATIVA COMO DEMANDA SOCIAL EN LA FORMACION DE PROFESORES DEL SIGLO XXI”
RESUMEN
La educación creativa responde a los nuevos escenarios que afectan a los procesos formativos en el nuevo modelo de enseñanza superior centrado en el estudiante. La preparación para el trabajo autónomo, el aprendizaje de habilidades cognitivas de nivel superior, la adaptación a situaciones emergentes, el desarrollo del espíritu emprendedor y la capacidad creativa, la diversificación en las formas de aprender y de enseñar, surgen como demandas de una formación innovadora.
Las experiencias desarrolladas de implementación de la educación creativa en organizaciones, requiere previamente de contar con políticas y estrategias que permitan potenciar una cultura orientada hacia el cambio, creando o fortaleciendo organismos que movilicen iniciativas internas, que articulen proyectos a mediano y largo plazo, que apoyen la capacitación, las acciones innovadoras vía proyectos e investigación en pedagogía universitaria. Las experiencias generadas en algunas universidades nacionales, de contar con Programas de apoyo al desarrollo de la creatividad en la docencia universitaria ha tenido un impacto positivo en las relaciones profesor – estudiante y en el rendimiento de algunas asignaturas.
Las investigaciones realizadas en la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción, en la cual laintervención educativa tenía como finalidad enseñar a pensar en forma creativa, a través de los contenidos disciplinarios, mostraron resultados importantes en el mejoramiento de la creatividad de los alumnos expuestos a las experiencias. Se aplicaron en asignaturas como Biología, Historia, Filosofía, Lenguaje y Comunicación, Matemáticas, Física, Química y Literatura, además aplicaciones en actividades extraprogramáticas y asignaturas de la Formación Profesional de Profesores.
La aplicación de Inventarios o Cuestionarios que diagnostican el talento creativo antes y después del trabajo innovativo, evidencia cambios significativos en el mejoramiento de rasgos como Imaginación, Confianza, Independencia e Inventiva, además del mejoramiento en el rendimiento de las asignaturas. La difusión y utilización de técnicas creativas, puede ser un aporte valiosos para mejorar aspectos que inciden en la calidad del aprendizaje de los estudiantes.
En las nuevas formas de construir nuestra realidad social, en un mundo de la supercomplejidad, los líderes creativos, serán, los impulsores y dinamizadores de estos nuevos entornos, que demandarán nuevas formas de conocer, de aprender, de educar, de trabajar, de vivir y convivir en el nuevo siglo.
INTRODUCCIÓN
Hemos iniciado el siglo XXI, con nuevos impulsos por incorporar el estudio de la creatividad en los procesos de reforma educativa, en el funcionamiento de las instituciones, en las interacciones sociales, en la naturaleza, y en los diferentes ámbitos de la actividad humana.
El interés por la creatividad responde a las nuevas demandas por generar cambios en los procesos formativos en todos los niveles educativos, ante escenarios generados por las nuevas tecnologías de la información, el acelerado avance de la ciencia, la globalización e internalización de las instituciones, las problemáticas sociales, en el nuevo paradigma de la complejidad.
La comprensión de lo que suponen estos cambios puede entenderse mejor cuando nos referimos a los nuevos escenarios del aprendizaje que afectan a todos los componentes y elementos del proceso educativo, en un nuevo paradigma de enseñanza superior centrado en el estudiante.
La preparación para el trabajo autónomo, el aprendizaje de competencias de orden superior, la
adaptación a situaciones emergentes, el desarrollo del espíritu emprendedor y la capacidad creativa, la
diversificación en las formas y fuentes de aprendizaje, surgen como demandas de una docencia
innovativa.
Las estrategias de carácter innovador y creativo buscan entre otros aspectos, desarrollar capacidades y habilidades de ideación, interacción, elaboración, competencia comunicativa, argumentación para expresar y defender los propios puntos de vista, el trabajo colaborativo y el desempeño de roles diversos.
Las experiencias desarrolladas en otros centros de la educación de contar con Programas de apoyo al desarrollo de la Creatividad en la docencia fundamentalmente universitaria ha tenido un impacto positivo en las relaciones profesor-.estudiante y en el rendimiento de las asignaturas que han incorporado estrategias creativas.
Como señala S. De la Torre (2002), la consideración social de la creatividad reclama ajuste, beneficio, utilidad o valor compartido y no sólo rareza o novedad. El desarrollo de una sociedad, su mejora económica y de bienestar así como el desarrollo cultural, son consecuencia de un clima y cultura creativa.
Se aborda el concepto de creatividad desde el pensamiento complejo, como un intento de comprender la creatividad en una perspectiva interdisciplinaria, en la que tienen mucho que aportar la psicología cognitiva, la neurociencia, la biología, la antropología, la pedagogía, la sociología, la fisiología.
LOS SISTEMAS EDUCATIVOS Y EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD
La creatividad es hoy en día parte de nuestra existencia, es un desafío a la manifestación de la
libertad, del poder de la independencia de la mente humana.
La creatividad es una creación humana, resultado de determinados procesos históricos, plagados
de conflictos etimológicos, semánticos, y filosóficos.
Se reconoce que la creatividad es un proceso complejo. La complejidad forma parte intrínseca de la persona, del proceso, del entorno y del producto creativo. La creatividad nace de la tensión dinámica entre equilibrio y desequilibrio, orden y caos, lo objetivo y lo subjetivo, análisis y síntesis
Durante décadas, la creatividad ha sido considerada como una aptitud o cualidad humana personal e intransferible para generar ideas y comunicarlas, para resolver problemas, sugerir alternativas o ir más allá de lo aprendido.
La creatividad es un hecho psicosocial y en la actualidad surgen voces que se elevan en defensa de una visión abierta y plural de la creatividad, refiriéndola a grupos, organizaciones, comunidades y a la sociedad en general, como agentes y receptores de ese espíritu creativo.
Numerosos estudios han demostrado que la creatividad se puede potenciar y estimular, pero en la
mayoría de los currículos actuales no se otorgan espacios para desarrollar las potencialidades creativas.
En la actualidad, las tendencias en creatividad conectan la creatividad con las emociones. Lo emocional es un componente sustantivo de la creatividad. Un líder de éxito es capaz de comprender a la gente para que modifique sus ideas y actitudes. Esto conduce a la dimensión social de la creatividad y que se caracteriza por el altruismo, la generosidad, la solidaridad, la responsabilidad social. Algo de nuestra interioridad debe materializarse en el exterior, para que este potencial fluya.
Otro campo de amplias posibilidades es la creatividad en la información y las comunicaciones. La creatividad aplicada a la solución de problemas ambientales. Como vemos los campos son diversos, puesto que la creatividad es un medio y un valor para la solución de problemas.
Stenberg (1995), aludía que “la creatividad es una decisión” acerca de una actitud hacia la vida. Señalaba que el trabajo creativo requiere de un balance entre las habilidades sintéticas, analíticas y prácticas, por ello es importante motivar y desarrollar la creatividad enseñando a los alumnos a mantener y buscar un equilibrio entre esas habilidades de pensamiento. La mayoría de los profesores desean motivar las habilidades creativas en sus alumnos, pero no están seguros de cómo hacerlo y el resultado es que nos volvamos conformistas y dejemos de ser creativos.
En los planes estratégicos de las universidades se señala que es relevante asignar un espacio a la creatividad dentro de la función docente en la Universidad, pero que el número de docentes capacitados para aplicar técnicas de estimulación de la creatividad, o liderar innovaciones es escaso. Algunas las incorporan en su práctica en forma intuitiva. Se constata que en algunas universidades se han incorporado
Talleres de Creatividad o Programas de Desarrollo de Habilidades del Pensamiento en Carreras de Pre- grado, en Postítulo, Capacitación o como temas de Investigación en Tesis de Post-grado.
Para emprender una Innovación Curricular en la Formación Inicial Docente, no es suficiente ser creativos sólo al nivel de la innovación curricular ya que ésta debe ser instalada en una institución, puesto que si ésta no la acoge adecuadamente, se desvanece la creatividad curricular bajo el peso de una gestión malograda. La tensión se extrema en los casos en que los modelos de gestión vigentes, se resisten a la innovación e imponen sus propias lógicas a las innovaciones curriculares, se debilita si se sigue el sendero contrario, a saber, un ajuste articulado entre ambas dimensiones, la curricular y la gestión institucional.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años en nuestro país, que están lejos de ser los óptimos, por fortalecer la preparación académica de los formadores, no es posible señalar que en todas las instituciones formadoras existan cuerpos estables y cercanos a la temática pedagógica propia de la formación de profesionales para la docencia escolar. Los estudiantes de pedagogía todavía perciben que una parte importante del discurso de muchos de sus profesores no es coherente con sus prácticas de aula; el formador habla de constructivismo, de evaluación dinámica, de creatividad y ello no se refleja en su acción pedagógica; es decir, su visión epistemológica acerca del aprendizaje no se ha modificado en lo sustantivo y pareciera seguir en la línea en la que fue formado.
La necesaria reconstrucción de los saberes, la construcción de la autonomía y el desarrollo de la capacidad reflexiva de los formadores de docentes, se ven afectados por las políticas institucionales que merman sus aspiraciones académicas y desincentivan su propio desarrollo profesional y el de los formadores noveles quienes no cuentan con el apoyo adecuado para desplegar sus competencias en un campo laboral nuevo que tiene sus propias características y demandas. Este problema se relaciona también con la valoración que al interior de las instituciones tiene la tarea de formar profesores.
Falta aún asumir el desafío de potenciar la creatividad de las capacidades múltiples de los estudiantes. Esta transformación del escenario educativo radica en primer lugar en comprender las concepciones, características, procesos y resultados de su inserción, considerando que el docente es el principal responsable del clima psicológico que predomina en el aula, a él le compete utilizar las técnicas y estrategias, que permitan que el alumno tome conciencia del poder de su imaginación y de los recursos creativos de su mente.
EXPRESIÓN DE LA CREATIVIDAD EN DISTINTAS ETAPAS DEL
DESARROLLO
La creatividad puede considerarse única en su naturaleza, en su expresión es múltiple. El niño preescolar, el escolar o adolescente, el universitario o adulto tienen un modo diferente de ser, de concebir la realidad, de interesarse por las cosas y por lo tanto de expresarse creativamente.
S. de la Torre, (2003) en su obra “Dialogando con la Creatividad” explica que la creatividad, como capacidad para captar estímulos y transformarlos, comunicar ideas o realizaciones personales, opera y se manifiesta de múltiple modos. Los niveles son un gradiente acumulativo, de modo que alcanzar las modalidades superiores, comporta la superación de los anteriores. La capacidad para resolver problemas implica haber alcanzado cierta madurez operatoria., ideación y visión múltiple. Ello está por encima de una creatividad expresiva o espontánea. Sin embargo, también en el periodo escolar cabe plantear situaciones problemáticas. No se trata pues de establecer una correspondencia rígida entre los periodos y las aptitudes creativas, sino un gradiente de mejora.
Durante la Primera Infancia se hace necesario educar en la creatividad. El niño crece y aprende descubriendo, transformando, creando. Todo estimulo pasa por la emoción y la fantasía antes de ser procesado por el pensamiento o incluso los patrones sociales. La creatividad en el niño comienza cuando, por primera vez, él hace una relación que no tenía hecha previamente.
La creatividad en primaria, (nivel básico) según S. de la Torre necesita de la interrelación, interacción, fecundación y diseminación de la creatividad en todos los componentes educativos: políticas, administración, organización, docente y discente, estrategias y evaluación.
En la adolescencia A. Gervilla (2006), señala que el desarrollo de la capacidad creadora no puede dejarse al azar ni a la espera de una ocasión determinada. Se debe trabajar con los adolescentes aplicando estrategias de aprendizaje creativo. Tenemos una responsabilidad compartida, que todos debemos afrontar para favorecer un acceso flexible de los adolescentes, a un proceso formativo creativo a lo largo de toda la vida.
Durante la Enseñanza Universitaria la creatividad debe ser analizada también en los programas y currículo y no sólo en los sujetos. Un estudiante será más creativo si los ambientes y programas valoran y facilitan su expresión y si contamos con educadores innovadores y creativos.
En la tercera edad, la creatividad es el arte de vivir, es una actitud ante la vida, un estilo de relacionarse con el entorno, un dinamismo poderoso y profundo que da sentido a la existencia.
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NUEVA CONCEPCIÓN DE LA DOCENCIA: EL CURRÍCULUM CREATIVO
En la perspectiva del paradigma de la complejidad, se propone una Concepción Curricular Integrada, abierta y flexible del currículo, basada en aportes de las Ciencias Sistémicas y Ciencias Cognitivas, cuyos campos interdisciplinarios proporcionan principios, fundamentos, características, para replantear el conocimiento pedagógico respecto al aprendizaje, al diseño y organización de la enseñanza, a la incidencia de factores como la cultura, el contexto y la afectividad en la mediación del aprendizaje, el replanteamiento sobre la concepción de la inteligencia humana, entre otros.
Los aportes de las investigaciones en estos campos, nos incentivan para replantear las concepciones de aprendizaje y enseñanza dentro del nuevo esquema educativo. De este modo se concibe el aprendizaje como un proceso socialmente mediado, basado en el conocimiento (qué, cómo), que exige compromiso activo, motivación, esfuerzo, implicación para lograr como resultado un cambio en la comprensión, ampliar las capacidades humanas y percibir relaciones significativas, entre la nueva información y el conocimiento previo del alumno.
Según la escuela constructivista, el aprendizaje es un proceso autorregulado de resolución de conflictos cognitivos, que aparecen al enfrentarse el estudiante a problemas y experiencias concretas. El estudiante tiene que construir tanto sus conocimientos y sus ideas sobre el mundo, como sus propios instrumentos de conocer.
A lo largo de su desarrollo, va pasando por una serie de estados que son formas distintas de interacciones con la realidad. Son valiosos los aportes de Piaget, Ausubel, Novak, Carretero, Coll, entre otros, y recientemente se configura con gran fuerza la corriente del constructivismo sociocultural (Vigosky, Wertch, Brunner, Rogoff, Cole) que enfatiza que el desarrollo cognitivo y afectivo de cada individuo es inseparable de los procesos sociales, que progresivamente este interioriza. Cada individuo construye sus esquemas de representación y acción legitimados en su comunidad cultural. Cole (1985) llega a afirmar que en la zona de desarrollo próximo de cada sujeto, la cultura y la cognición se crean mutuamente. Este será el espacio privilegiado de la experiencia educativa.
Las Ciencias Cognitivas, que conforman un campo interdisciplinario, han ampliado nuestro horizonte sobre el fenómeno de la cognición, apoyadas en investigaciones sobre la modificabilidad y adaptabilidad del cerebro. Desde la década de los ochenta, conocemos más en profundidad la naturaleza plural del intelecto, la estructura sistémica de la mente, la diversidad de estilos cognitivos, la multidimensionalidad de la inteligencia, la naturaleza multifacética de la creatividad..
Como bien expresa Saturnino de la Torre (2003), vivimos en un mundo plural, en que la diversidad debe ser considerada como una riqueza creativa y no un obstáculo. La cultura en la cual estamos inmersos, nos conforma, condiciona en nuestro modo de pensar, sentir y actuar. Influye en nuestra expresión creativa. Por ello el cambio permanente de nuestra sociedad y el flujo de culturas, reclama una educación flexible y adaptativa, en donde se pueda activar la creatividad de los estudiantes. Todo esto requiere de profesores creativos, de un entorno estimulante que fomente la creatividad, y el enseñar con las acciones.
•Nueva Concepción de la Enseñanza
La función docente involucra un conjunto de decisiones, actividades y tareas, en que participa el profesor en un contexto de interactividad, orientado a la formación de personas capaces de aportar y transformar su entorno cultural.
Desde esta perspectiva, la función docente se amplia e involucra distintas fases, como son: la preparación (enseñanza preactiva, que es la fase de desarrollo de la intervención), la enseñanza activa y la fase postactiva. Además, trasciende el ámbito de lo visible, lo objetivo y lo cuantificable, así como la actuación de los propios docentes. Como ocurre con otras prácticas sociales, la función docente no es ajena a los signos que la caracterizan como altamente compleja. Durante el proceso de cambios se pasa de la homogeneidad a la diversidad, de las certezas a las incertidumbres, de los conjuntos de perfiles claros a otros borrosos. Ello hace que esté sometido a tensiones y contradicciones que en muchos casos provocan un alejamiento de aquello que es su tarea central: el trabajo en torno al desarrollo de la persona, el apoyo en la construcción de su conocimiento, la optimización de sus capacidades para aprender y el desarrollo de la creatividad.
El nuevo estilo docente que caracterice la enseñanza creativa, se destaca en los siguientes rasgos: respeto al derecho de sus estudiantes a crecer y desarrollarse en su integridad personal y psíquica completa, a su capacidad de aprender, a su biografía académica específica en relación con las asignaturas de que se trata, así como a su futuro proyecto profesional. Significa también el respeto al derecho de los estudiantes a equivocarse y a que sus errores se conviertan en aprendizaje. Por último, cabe agregar el respeto a la autonomía del estudiante, a su participación, y a la expresión de su creatividad.
La calidad de un profesor se refleja en su equilibrio personal para organizar los componentes de su actividad profesional, asumiendo parte de la responsabilidad sobre las causas del fracaso de los estudiantes y de lo que no funciona en su docencia. Implica reflexionar qué personas son ellos mismos y quiénes son sus estudiantes, ello apunta a ser democráticos a la hora de dialogar sobre temas académicos y tener buenas relaciones, sin caer en un popularismo impropio del espíritu docente.
• Entornos Potenciadores de la Creatividad
La manera más idónea de fomentar la creatividad en los estudiantes es enseñar un modelo de creatividad. Hay que pensar y enseñar creativamente uno mismo. Es necesario, enseñar a los estudiantes a integrar diferentes materias con áreas que fomenten sus habilidades, intereses y capacidades, independientemente de la materia. Hay que dejar tiempo y respetarlo, para que los estudiantes piensen creativamente.
Hay que premiar los esfuerzos creativos. La creatividad depende de que los estudiantes expresen sus ideas, que logren una síntesis entre las ideas existentes y sus propios pensamientos. Es importante enseñar a los estudiantes a tener sus propias responsabilidades, comprender su proceso creativo, valorar sus esfuerzos, criticarse a si mismos. Las personas creativas necesitan afrontar la responsabilidad sobre si mismos y sobre sus ideas, lo que distingue a los individuos creativos es que, al margen de las circunstancias, consiguen dar a sus entornos una tónica personal que refleja el ritmo de sus pensamientos y hábitos de su actuación.

• Competencias Emprendedoras en la Formación de Profesionales
Emprendimiento es el proceso mediante el cual, a partir de una idea innovadora, se generan bienes, procesos y servicios nuevos que provocan un impacto positivo en el desarrollo productivo y socio-cultural de la sociedad. El proceso incluye etapas de: incubación de ideas, y de acompañamiento para el desarrollo y consolidación de estas.
Este emprendimiento requiere para su desarrollo de personas creativas y motivadas, los emprendedores-y de un entorno favorable-cultura emprendedora, políticas públicas, aporte del sector privado….Como factores constitutivos de la actitud, se reconocen: alta motivación al logro, asumir riesgos, autovaloración, positiva de las propias capacidades de liderazgo, capacidad empática, estilo de gestión.

• Estrategias Creativas en la Interacción Profesor-Alumno
El profesorado se comprometerá con la docencia, cuando la perciba y valore con sentido de proyecto formativo, como un desafío de investigación, creación y reflexión crítica a sus propias prácticas, integrando procesos de autorregulación y autoevaluación como herramientas para diseñar y conducir procesos innovadores.
La creatividad, es el alma de las estrategias innovadoras orientadas al aprendizaje, por cuanto es el alumno el que ha de ir mostrando la adquisición de las competencias convenidas en cada una de las carreras (S. de la Torre y V. Violant, 2003).
Aplicar diversas estrategias creativas, en los contenidos curriculares de los estudiantes, como: lluvia de ideas, técnicas de pensamiento visual, diálogos analógicos, metáforas, la interrogación, lectura creativa, solución de problemas, síntesis creativa, análisis morfológico, pregunta creativa, etc., evidenciará un mejoramiento en los procesos de comprensión, análisis, síntesis, elaboración, originalidad, redefinición, inventiva, fluidez, inferencias, entre otros, de los propios estudiantes.
La aplicación de las técnicas creativas y la selección de ellas, dependerán del nivel del curso y del tema en estudio, evitándose introducir evaluaciones en sus primeras prácticas, para favorecer la espontaneidad y permitir los errores que inicialmente pueda cometer el estudiante. Los alumnos perciben la experiencia como muy agradable, coincidente con sus intereses, expectativas y significado para su desarrollo personal.

REFLEXIONES FINALES
Si la creatividad ha de tener un espacio en el proceso formativo del aula, quienes ejercen el liderazgo deberán otorgar el tiempo necesario para que los docentes seleccionen e implementen experiencias educativas problematizadoras, provocadoras, motivadoras, que desafíen a los alumnos hacia un nuevo tipo de relaciones.
Los ambientes creativos serán instancias fundamentales para la expresión sin temores, dudas o miedos del potencial creativo. El profesor es el mediador entre el estudiante y su mundo, le ayuda a estructurar sus percepciones en síntesis significativas. Los jóvenes están abiertos a todas las posibilidades, a todos los desarrollos y a todas las sorpresas. Por tanto, las actividades en el aula tienen que moverse sobre la línea de innovar y deben inspirarse en la creatividad.
Las escuelas deberán promover políticas y estrategias que permitan potenciar una cultura orientada hacia el cambio dentro de la organización, creando o fortaleciendo organismos que movilicen las iniciativas internas, articulen proyectos a mediano y largo plazo, apoyen la capacitación, las acciones innovadoras.
Requerimos más que nunca de un profesional creativo, generador de conocimiento, que constantemente ponga a prueba las teorías y principios de intervención, adaptador del currículum a las características de sus estudiantes, provocador de procesos en el aula, que alimente la discusión, el debate, que establezca relaciones positivas, capaz de trabajar en forma cooperativa y colaborativa, capaz de evaluar atenta y enriquecedoramente el trabajo, facilitar la búsqueda y construir con sus alumnos el conocimiento, que tome en cuenta los múltiples y diversos elementos que intervienen en el proceso educativo, aplicando un enfoque flexible, integrado, interdisciplinario y crítico en su intervención en el aula.
Es interesante resaltar que en una serie de documentos y recomendaciones de organismos internacionales, al analizar los cambios y nuevas demandas de desempeño profesional, la mirada hacia los perfiles profesionales del futuro, enfatizan dos elementos prioritarios: la familiaridad con las nuevas tecnologías, y por otro lado la capacidad de pensar y aprender de forma creativa, crítica e independiente. Otros rasgos destacan que el aprendizaje está situado en un contexto; que el conocimiento surge del hacer; la comprensión se construye socialmente y que el aprendizaje es fundamentalmente social y colaborativo.
El cambio curricular que se propone y el nuevo estilo docente, depende en gran medida del perfeccionamiento docente interactivo, que implica una actitud crítica, reflexiva y comprometida con el cambio. Los nuevos escenarios del Siglo XXI, reflejan las tendencias de la sociedad de la información y
plantean desafíos y renovadas demandas de mejoramiento cualitativo a la educación impartida en todos los niveles.